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jueves, 15 de abril de 2010

un movimiento unido por la asamblea constituyente

Matías Sagredo Z.
Red de Estudiantes y Ciudadanos de Chile por la Asamblea Constituyente (REDESCHILE)


El Movimiento chileno por una Asamblea Constituyente se sigue expandiendo por todo el país y surgen decenas de grupos organizados que deciden por libre determinación luchar por esta demanda nacional. Esto porque involucra a todos los sectores sociales, a cada grupo de personas, a cada ciudadano. La Constitución afecta e influye (sino determina) la vida de 16 millones de personas que habitamos este país, y al estar mal hecha nos perjudica a todos.

Han sido sobre todo estudiantes (Concepción, Valparaíso, Santiago) los que han dado el ejemplo en este tema, autocapacitándose y saliendo a las calles para exigirlo. Y es que la lucha por la educación pública es de las más afectadas por la carta magna.

La Constitución política es la madre de todo el sistema de educación que tenemos (art.19 n°10 y 11) y lo protege para que siga privatizándolo todo. Las universidades estatales dejaron de ser públicas, y van camino recto hacia la total privatización, así mismo ocurrirá con toda la educación dependiente del Estado dejando de garantizar el derecho a la educación y transformándolo en una cuenta más que pagar con intereses que martirizan. La reciente demanda de los secundarios por la derogación de la LOCE y luego por la Estatización de la educación municipal también resultan imposibles sin un cambio constitucional que se lleve a cabo mediante Asamblea Constituyente, puesto que el sistema parlamentario bajo el sistema binominal es absolutamente inviable.

Todo esto es muy grave y urgente, algo que no puede esperar y requiere de la unidad de todos los sectores. Ya no son visibles fronteras para esta demanda, sino que se convierte en una lucha de toda la sociedad chilena. Esto no pertenece a un movimiento en particular sino que a todos los chilenos.

El punto es que la Constitución política que tenemos, que sustenta la institucionalidad de nuestro país, determina el sistema económico desigual, las políticas productivas monopolizadoras, la mercantilización de la salud y derechos básicos de las personas... en resumen: todas los males de la sociedad chilena nacen, son sostenidos y se permiten por la Constitución política que tenemos.Esto lo entienden muchos estudiantes ahora y ya es hora de empezar a luchar, pues es nuestro derecho tener el país que queramos.

Queremos un país democrático donde nuestra voz sea escuchada y no transformada en LGEs o negociaciones de partidos. Queremos una Constitución que defienda los derechos de todos los chilenos y no permita su venta como producto. Queremos que sea devuelta la participación ciudadana en las decisiones del país. Queremos ser libres de ver, leer y escuchar las verdades que queramos en los medios de comunicación que nos satisfagan. Queremos que nadie sea abandonado socialmente porque al mercado no le es rentable. Queremos un país justo, sin privilegios ni desigualdad de condiciones ante la justicia. Queremos vivir en paz. Pero solo habrá paz si se da la soberanía a quien le corresponde: el pueblo.

Pese a que cada vez son más los estudiantes que reclaman Asamblea Constituyente, urge que este sea el tema prioritario en la discusión y exigencia de las grandes organizaciones secundarias y universitarias, así como de profesores, trabajadores fiscales, mapuches y grandes sindicatos. El Movimiento Social chileno ha de encaminarse hacia la demanda de una Asamblea Constituyente que permita unificarnos por algo que a todos nos beneficie y nos devuelva la soberanía en las decisiones de nuestro país.

Hoy es responsabilidad de todos los dirigentes estudiantiles, y de todos los sectores organizados del país, decidirse por la exigencia de una Asamblea Constituyente. Nadie construirá por nosotros la sociedad en la que viviremos y si queremos participar en la construcción de esta nueva sociedad hemos de estar concientes que solo bajo esta demanda podremos empezar.
Si no cambiamos la Constitución no podremos construir nada y solo podremos hacer propuestas que no serán escuchadas... simplemente porque la Constitución no lo permite.

Esta demanda es pacífica, clara y unitaria pues nos pertenece a todos. No le pertenece a ningún partido ni dirigente, sino a la misma ciudadanía; a cada organización social, sindical, política, académica, estudiantil, ecológica, vecinal, juvenil, indígena, y a cada persona que habita este país.
Hagamos de esto una realidad.

Decidámonos por una Asamblea Constituyente!!

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